Bueno
básicamente podemos decir que una transcripción de audio a texto es la representación
escrita de algo que se ha dicho. Y la fuente para una transcripción puede ser
el audio o un vídeo grabado de una entrevista, conferencia, clase, etc, o
simplemente a través de un dictado.
Una
de las finalidades para realizar una transcripción a texto es que las
grabaciones de audio y vídeo ocupan mucho espacio físico y generalmente resulta
difícil acceder a una parte especifica de la información sin tener que escuchar
la grabación completa.
El
propósito principal de transcribir el audio a texto es que la información se
pueda difundir luego de diferentes formas. Según el sector de actividad, el
texto obtenido puede convertirse en material publicitario para periódicos o
revistas, la confección de folletos, o puede convertirse en nuevos artículos para
un blog o constituir el material necesario para publicar un libro ya sea en papel
o formato electrónico.
El
valor de una transcripción se establece por minuto de grabación, teniendo en
cuanta que por cada minuto de grabación se emplean alrededor de 8 minutos para la obtención de un
buen resultado final. Claro esto depende en gran medida del audio (deberá ser nítido
y con poco ruido ambiental), y de la complejidad del tema. También influye el
grado de comprensión de la persona que realiza la transcripción y de su
velocidad de tipeo. Se trata de un
trabajo casi que artesanal que requiere estar atento a muchos detalles.
Se
debe retroceder cuando no se ha escuchado bien una palabra o no se ha
comprendido el sentido de una frase y avanzar nuevamente hasta el punto donde
se estaba, es algo que consume pequeños y valiosos segundos que, por acumulación
suman finalmente bastante tiempo.
Luego el texto escrito debe editarse
cuidadosamente, para eliminar cualquier error ortográfico o sintáctico,
respetando la gramática y la puntuación para no cambiar el sentido de la información.
Y
ya finalmente el texto se convierte en el formato más adecuado
para el cliente según la utilización que vaya a darle luego, siendo los más
comunes los documentos en Word o en Adobe.
Entonces
a la hora de delegar este tipo de tareas no se trata de considerar el valor por
hora como un valor absoluto sino más bien de pensar en cuantas horas de
trabajo puede usted ahorrarse y en los
beneficios de tener , sencillamente a vuelta de e-mail, un documentos de
calidad profesional listo para ser utilizado a su conveniencia.